Ante las demoras en la implementación del Acuerdo de paz, los habitantes del Centro Poblado Georgina Ortiz decidieron autogestionar sus proyectos y la compra de las tierras en donde viven. Aquí les contamos cómo apoyarlos.
Al suroeste del Meta, en el municipio de Vista Hermosa, se encuentra el Centro Poblado Georgina Ortiz. Diez hectáreas de terreno que hoy son el hogar 180 familias de excombatientes de las antiguas Farc. Cerca de 66 niños también son parte de esta comunidad. Durante su tránsito a la vida civil, los hombres y mujeres de esta zona han desarrollado iniciativas comunitarias y un proyecto de vida que se sitúa en el Centro Poblado. ¿Qué les impide continuar con sus proyectos? El acceso a la tierra.
En 2017, alrededor de 329 excombatientes de las Farc, provenientes principalmente del Frente 39, llegaron a la zona veredal La Cooperativa en Vista Hermosa, donde iniciaron el proceso de dejación de armas y reincorporación. Cuando a finales de agosto desapareció la figura de las zonas veredales, los firmantes del Acuerdo de paz se establecieron en el Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) Georgina Ortiz.
Es un espacio bautizado así para guardar la memoria de Georgina Ortiz, la primera mujer de las Farc asesinada por el Ejército en 1964, en Marquetalia, donde empezó la historia de la guerrilla que ahora es un movimiento político.
Ahora el lugar ya no se conoce como un ETCR, sino como el Centro Poblado Georgina Ortiz. Los hombres y mujeres del lugar crearon un plan de vida para quedarse en el territorio, pues muchos son hijos de esa tierra. Viven en Vista Hermosa su proceso de reincorporación, pues allí dejaron a sus familiares y amigos cuando se adentraron en el conflicto. Algunos proyectos ya están en marcha y otros están a la espera, como lo explica Alejandro, coordinador del proyecto turístico en el Centro Poblado.
“Nuestro plan está para ocho años, queremos tener una pequeña villa ecológica porque pensamos que es una forma de tener a futuro un proyecto de turismo y que la comunidad pueda venir a conocer un poco de la vivencia y de la historia de nosotros. A compartir conocimientos y experiencias de lo que fue nuestro proceso de reincorporación y hacia la vida civil”, comenta Alejandro.
Pero el proceso y cumplimiento de los Acuerdos ha sido lento. Y como lo dijo la Procuraduría en su segundo informe sobre los avances en la implementación, “se está haciendo de forma desarticulada”. Uno de los puntos más problemáticos ha sido la asignación de tierras para excombatientes y campesinos contemplado en el primer punto del Acuerdo.
La Procuraduría también lo ve: “El Gobierno está implementando la paz de manera desarticulada”
Aunque el Gobierno asegura tener 770.000 hectáreas en el Fondo de Tierras, lo cierto es que la mayoría están ocupadas. En el caso del Centro Poblado, las tierras que habitan son privadas, ellos viven ahí en arriendo. Por el momento, la ayuda que reciben por parte del Estado es la renta básica mensual que fue extendida de forma indefinida por el Gobierno.
Con la Agencia para la Reincorporación y la Normalización ARN, la Alcaldía de Vista Hermosa y la Gobernación del Meta, los habitantes del Centro Poblado hicieron una caracterización de los terrenos, para agilizar el proceso de titulación. Pero por las condiciones dadas por la pandemia el proceso es incierto y no se concretó nada todavía.
Sin embargo, la titulación de las tierras es una garantía para mantener los proyectos comunitarios que tienen, como Panela la Esperanza, SachaPaz, Comunicaciones Georgina, formado por personas de la comunidad y excombatientes y el Taller de Confecciones de la Asociación de Mujeres Emprendedoras por la Paz.
Entre los proyectos de la comunidad también está formarse en carpintería y ebanistería, pero el que logra reunir a todos los habitantes del Centro Poblado es su proyecto ecoturístico.
“Nos pensamos el espacio desde lo ambiental y social. Vamos a crear un turismo integral, comunitarios, de aventura e historia. A través de un campamento queremos mostrarles a los visitantes la que era nuestra vida: cómo se ranchaba, cómo se dormía, cómo eran las normas de convivencia. Desbaratar los mitos del conflicto”, explica Alejandro.
Sin embargo, la incertidumbre frente a la titulación de los predios y las condiciones de seguridad que han disminuido cada día, sumado a la pandemia, han puesto en pausa el desarrollo de algunos proyectos. Recordemos que hace un mes, cerca de dos mil excombatientes marcharon desde los llanos hasta Bogotá para pedir seguridad para los excombatientes y líderes sociales de la región. Entre enero y noviembre de este año fueron asesinados diez firmantes del Acuerdo en el Meta.
Ante las demoras en la implementación y la necesidad de la comunidad para mantener sus iniciativas y sus proyectos de vida decidieron auto gestionarse. Por eso, en este momento están realizando una colecta a través de Vaki para comprar el terreno que cuesta 30 millones de pesos, sin contar los gastos legales que implica todo el proceso.
Si quieren aportar a este proyecto de vida, aquí les dejamos el link de Vaki. Y si quieren conocer más de la comunidad, le dejamos este video:
