Staff ¡Pacifista! – Mayo 07, 2019
Deforestación, cambio climático, pesticidas para el control de plagas con serios efectos colaterales… En la actualidad, pocos animales enfrentan tantas amenazas como las abejas.
El mundo está en alerta por la disminución de sus colmenas, (que en regiones como la nuestra supera el 30 % en los últimos tres años) y al mismo tiempo grandes empresas trabajan en prototipos robot en caso de que algún día lleguen a faltar las verdaderas y el mundo necesite de ‘algo’ para sustituirlas.
Colombia no ha estado al margen de esta realidad. Según el colectivo Abejas Vivas, cada año en nuestro país desaparecen entre 10.000 y 16.000 colmenas, y lo peor es que pocas veces somos conscientes de lo fundamentales que son estos insectos. Basta con decir que un tercio de lo que comemos los seres humanos depende de los procesos ambientales que ellas generan. Por eso actualmente cursa en el Congreso un proyecto de Ley que busca defenderlas y que de ser aprobado, crearía un Sistema Nacional de Protección de Abejas, Desarrollo de la Apicultura y Polinizadores, y una política pública para su cuidado.
Es necesario un cambio de mentalidad. A todos nos vendría bien entender que las abejas son fundamentales no solo a nivel ambiental, sino también productivo. Quizá saber que ellas entregan opciones de futuro a familias rurales, por ejemplo, sería un buen comienzo para valorarlas mejor, así esta idea esté afincada en el antropocentrismo. Estamos en un momento crucial para su protección y futuro.
Por eso les presentamos este especial, en el que recogemos historia como el trabajo conjunto que desarrollan la Universidad George Mason de Estados Unidos, BBVA y la Universidad Industrial de Santander para, por medio de la apicultura, empoderar a las mujeres de Santander. También la de un laboratorio en Bogotá que, con investigación y tecnología, podría desempeñar un papel clave en el desarrollo de la industria apícola. Todo esto acompañado de datos cruciales que sirven para entender la dimensión de las abejas en nuestras.
Como siempre: ¡Bienvenidos!