LAS MUJERES DE GUAYABERO

La vida antes del bombardeo: entre la coca y las balas

por Lise Josefsen Hermann y  Andrés Cardona  ·  Diseño: Andrés Guevara Borges

Junio 20, 2021

El proceso de paz en Colombia es un fracaso. La sustitución de cultivos no se tradujo nunca del discurso a la práctica y las poblaciones rurales continúan bajo amenazas y agresiones de la fuerza pública. El gobierno de Iván Duque no ha sido capaz de atender a las comunidades cocaleras con la provisión de servicios básicos, vías de interconexión ni alternativas productivas a la siembra de coca, sin embargo, se incrementan las agresiones y las persecuciones. Niñas, niños, adolescentes y mujeres sufren las consecuencias.

A simple vista, la selva luce idílica, pero el fuerte olor a químicos delata los numerosos laboratorios de procesamiento de hoja de coca. Por las noches, hay helicópteros militares sobrevolando el pueblo insomne a muy baja altura. Algunas banderas de grupos disidentes de las FARC ondean en la zona. Nadie los nombra aunque todo el mundo les tiene siempre presentes.

 

Hasta el nombre de una de las veredas centrales lo dice todo: Nueva Colombia. Básicamente, todos sueñan con ser parte de Colombia, con plantar piña o papaya en lugar de coca, o tener ganado. O tener una carretera que los conecte con el resto del país. 

Estas son sus historias. 

 

Mira y escucha a Leonilde

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Mi mamá dice que antes todo era selva y la gente cortaban bastante madera, lo vendían en los pueblos. Con la llegada de la coca, vieron más rentable la coca. También ya estaban molestando harto con la madera. Lo mismo de siempre – ilegal, ilegal, ilegal. La economía por acá siempre ha sido ilegal. ¿Pero si no dan una alternativa legal?” 

“Y no podemos invertir porque estamos en parques. Ni panel solar porque estamos en parques. Ni mejorar la escuela porque estamos en parques. Pero fumigar sí se puede en los parques. Es doble moral. Proteger, conservar y fumigar con glifosato, contaminar el aire, el agua y la tierra. Es una realidad, va a seguir pasando. Llevamos muchos años acá, no nos van a sacar. La gente va a pasar necesidad, pero van a volver a tumbar y volver a sembrar. Mientras que no hay una solución de fondo, la gente lo va a volver a hacer. Lo único que pasa con la fumigación es que se daña a la tierra y obliga a la gente a que tumben más. Nos pondrán a pasar hambre. Muchos niños saldrán de la escuela. Pasamos necesidad. Pero no va a cambiar la realidad o conservar el medio ambiente. Porque van a verse obligados a tumbar más. No va a dejar de producirse coca.

Uno a veces sueña mucho. Chévere si por acá fuera, así como en otras regiones. Donde está la carretera. Uno siembra cultivos, espera que pasa el carro, y despacha eso. Que haya señal del teléfono, que haya luz, alcantarillado. ¿Será que algún día se verá esto por acá? Sueño con eso. Es un sueño humilde, son cosas que deberían existir, que deberíamos tener. Es lo que estamos pidiendo al Estado. Que inviertan por acá. Somos campesinos con derechos como cualquier colombiano”.

 

Mira y escucha a Danna

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“La coca es una forma de sobrevivir, porque por aquí como no hay carretera, no pueden salir con los alimentos. Por eso cultivan coca por aquí. Antes de que yo naciera era madera, pero ya no hay madera, pues toca coca.

Quisiera ir a estudiar en Bogotá con mis hermanos. Después venir por aquí otra vez y ser profesora. Quisiera que arreglen los baños en la escuela. Sería más bonito si hubiera una carretera, ya habría otras formas de cultivar. Piña o cualquier cosa. Yo no quisiera trabajar en la coca, es malo para la salud, uno se puede intoxicar”.

 

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de coca entre los municipios de La Macarena, Vista Hermosa, Puerto Rico y Puerto Concordia, en los departamentos Meta, y San José del Guaviare, que tienen jurisdicción en el río Guayabero. Datos de UNODC

Mira y escucha a Faysyuri

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“El estudio acá es pésimo. A los profes les daba miedo, se iban, se asustaban. Solo hay primaria. Por eso los chicos la mayoría se van para los grupos armados porque el Gobierno no da opción para estudiar acá. Muchos padres tienen muy pocos ingresos económicos y no tienen otra opción que los grupos armados ilegales.

Conozco varios que se han ido a eso. No hay como seguir estudiando acá. Es muy mala la escuela acá. Ellos no encuentran otra salida y se van para la guerrilla. Son un poco mayores que yo, cinco o seis personas que se han ido por causa de que no hay educación. Son niños y niñas – muy jóvenes se han ido, porque no pudieron seguir estudiando. Yo nunca lo he pensado, no me gusta tampoco.” 

“Amo mucho a los caballos y al ganado. El caballo es como un buen compañero, me gusta mucho montar caballo. Me gusta el ganado, es como una familia grande. Como que ellos me tienen a mí y yo los tengo a ellos.

“Irse de aquí sería demasiado duro. Yo nací y fui criada por acá hasta los diez años. Ahí me sacaron por San José de Guaviare para seguir estudiando. Me daría duro. Nací por acá. eso es lo que me da vida a mí, es como algo muy bonito que no sé cómo explicarte. Es como si llevara la tierra en mi sangre”.

En la noche uno no sabe si dormir o quedarse despierta. Cuando empiezan por ahí los helicópteros, si están trayendo más ejército, si de la nada salen, si los perros ladran. ¿Será que el ejército anda por ahí? Será que están matando alguna vaca en la noche o se van a robar algo? Entonces como que ahí es que más te atormentas”. 

 

Mira y escucha a Luz Aneyda

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El Ejército venían tapados como paramilitares, y a uno le da miedo. Nos decían ustedes tienen que irse de estas tierras. Decían que eran de los AUC, paramilitares – ya los campesinos se asustaron. Nosotros corríamos cuando llegaba el ejército, la verdad nos daba miedo. Yo estaba embarazada con Faysyuri. Nos fuimos para Nueva Colombia. Por acá hay hartas casas vacíos, porque se fueron este entonces.

”Ahorita estamos asustados porque hemos escuchado por las noticias que va a ver fumigación. Cuando hubo fumigación antes, la verdad, no acabaron con la coca. Acabaron con los potreros. Con la comida que teníamos Mi niña, Faysyuri se enfermó, se intoxicó. Nos dijo el doctor que fue por la fumigación. Le salieron unas ronchas grandes, que se hinchó la cara. Que era del glifosato. Faysyuri tenía cinco meses. Quedó como 15 días hospitalizada”. 

 

La moneda de cambio en Guayabero:

Mira y escucha a María

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“Entonces yo atiendo. Pues tengo conocimiento, pero es algo empírico. Sabemos que ante el gobierno es ilegal. Por acá nos tildarían de auxiliadores de la guerrilla. Por el solo hecho de tratar de salvar una vida. A parte de prestar primeros auxilios, suturas. Toca arriesgarse. Suturar, canalizar. Aplicar sueros, reconstrucción tejidos. 

La compañera de la otra droguería está en proceso con la fiscalía, fue tildada como auxiliadora de la guerrilla. Hasta vender medicamentos es ilegal para el Gobierno. Pero si no nos dan la seguridad. Es nuestro derecho a la salud. El hecho de vender algo o atender a al quien – atención primaria a alguien, para mí no es un delito. Para mí es tratar de salvar una vida.

Yo también soy víctima del Estado. Mi padre es uno nomás de los desaparecidos de Colombia. Entonces desde muy chico conocemos el horror de la guerra y el horror de saber de qué su padre desapareció y que nunca siguiera tienes donde ir a dejarle un ramo de flores. Es muy triste eso.  

Todos sabemos que es una zona roja. Ha tenido dominancia de las FARC y ahora las disidencias. A veces vienen los helicópteros, vuelan bajo y tienen sus parlantes, dicen que nos entreguemos. Hace como mes y medio vinieron. Comienzan a votar panfletos, que nos entreguemos. Pero que nos vamos a entregar, si somos campesinos.” 

La coca es el principal factor económico, pese a que es algo ilegal. Prácticamente es la plata por acá. Se lo denomina mercancía, se paga por gramos. Si, supongamos, que vienen a pagar 19.000 pesos en comida. Entonces voy a dividir eso por 2.100 pesos y me van a dar nueve gramos. Y yo voy a recibir estos 9 gramos. Para acá es como dinero. Aquí hemos durado 2-3 años que no vemos un billete. Todo es así. Todos sobrevivimos con la coca acá. Aquí no vale sino 2.100 pesos un gramo. ¡Y afuera un gramo vale un platal! O en otros países – estos son los que de verdad les sacan el jugo de este producto”. 

 

Mira y escucha a Gloria

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Teníamos el ganado del sudor de nuestra sangre, no fue regalado, ni es de nadie. Decir que esto es de la guerrilla – NO. El hecho de que nosotros vivimos acá no quiere decir que seamos guerrilleros. Somos campesinos, trabajadores. Sentí mucho dolor porque, pues tanto uno sufre para tener las cosas y en un instante, se acaba todo. Pusimos la demanda, pero hasta el momento no han respondido por nada. Llevo 35 años aquí. Y mira que todo se espuma en un momentico. Ahora mi niño que solo tiene 5 años. Me toca ponerle a estudiar. Eso era para el muchacho, y todo eso se esfumó en un ratico. Usted veía la vaca con las tripas para afuera. Ni curarlos te dejaban. Decían que las vacas eran de las disidencias. Pero no – eran muy de nosotros. Uno tiene miedo al hablar, porque a veces viene el Estado y le mata a uno. Es el temor de uno, por eso hay mucha gente que calla, es por temor a eso. Anoche sonó el helicóptero otra vez, fue un susto muy berraco.

La compañera de la otra droguería está en proceso con la fiscalía, fue tildada como auxiliadora de la guerrilla. Hasta vender medicamentos es ilegal para el Gobierno. Pero si no nos dan la seguridad. Es nuestro derecho a la salud. El hecho de vender algo o atender a al quien – atención primaria a alguien, para mí no es un delito. Para mí es tratar de salvar una vida.

Yo también soy víctima del Estado. Mi padre es uno nomás de los desaparecidos de Colombia. Entonces desde muy chico conocemos el horror de la guerra y el horror de saber de qué su padre desapareció y que nunca siguiera tienes donde ir a dejarle un ramo de flores. Es muy triste eso.  

Todos sabemos que es una zona roja. Ha tenido dominancia de las FARC y ahora las disidencias. A veces vienen los helicópteros, vuelan bajo y tienen sus parlantes, dicen que nos entreguemos. Hace como mes y medio vinieron. Comienzan a votar panfletos, que nos entreguemos. Pero que nos vamos a entregar, si somos campesinos.

La coca es el principal factor económico, pese a que es algo ilegal. Prácticamente es la plata por acá. Se lo denomina mercancía, se paga por gramos. Si, supongamos, que vienen a pagar 19.000 pesos en comida. Entonces voy a dividir eso por 2.100 pesos y me van a dar nueve gramos. Y yo voy a recibir estos 9 gramos. Para acá es como dinero. Aquí hemos durado 2-3 años que no vemos un billete. Todo es así. Todos sobrevivimos con la coca acá. Aquí no vale sino 2.100 pesos un gramo. ¡Y afuera un gramo vale un platal! O en otros países – estos son los que de verdad les sacan el jugo de este producto”. 

 

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Este proyecto fue apoyado por el Fondo para Investigaciones y Nuevas Narrativas sobre Drogas de La Fundación Gabo y Open Society Foundations (OSF) y publicado por PACIFISTA!